Los ácidos del organismo provienen de nuestra alimentación, algunos ya forman parte de su contenido (p.ej. limón) mientras que otros se forman durante los procesos metabólicos (p.ej. ácido úrico proveniente de la degradación de las proteínas).
Analizando nuestra alimentación, según sea la proporción de alimentos alcalinos y acidificantes que consumimos, podremos tener una idea de en qué estado se encuentra nuestro organismo: si le ayudamos con nuestra alimentación a restablecer el equilibrio ácido-básico o si por el contrario, debe usar sus propios sistemas de regulación para eliminar ese exceso de ácidos.
Para hacernos una idea, se anotará un menú estándar habitual, con absolutamente todo lo que se consume a lo largo de un día, y las cantidades correspondientes. Es útil hacer 2 o 3 variantes pues no siempre se come lo mismo.
Mediante las tablas que os indicaremos en siguientes post, identificaremos que tipo de alimentos predominan.
El modo de vida también influye en el EAB, por sí solo no puede determinar si un organismo es o no ácido, solamente es un complemento a las demás pruebas. De este modo, podemos hablar de algunos “hábitos acidificantes”:
· Vida sedentaria.
· Prefiere utilizar el ascensor en lugar de subir a pie las escaleras.
· Se desplaza con un vehículo, no va a pie lo máximo posible.
· Vive mucho en interiores y sus placeres son pasivos.
· Estresado@, no sabe tomarse su tiempo.
· Vida agitada, no se da tregua al descanso.
· No duerme lo suficiente.
· Sueño agitado, insomnio.
· Fumador@
· Negativo@
· Tendencia colérica e irritable.
· Agresivo@, envidioso@, celos@
Teniendo en cuenta que numerosos trastornos son debidos a la acidificación, según desacidifiquemos nuestro organismo, podremos notar mejoría en muchos de ellos. Con una desadificación rápida y superficial del organismo, podremos comprobar cuáles de ellos tienen su origen en el desequilibrio del pH. Esto será posible de comprobar en el caso de trastornos fácilmente reversibles como irritación nerviosa, ardores, enrojecimientos…
Para conseguir esta rápida desacidificación, debemos realizar un aporte masivo de minerales básicos fácilmente asimilables, es decir, como citratos alcalinos, de manera que logremos subir un pH ácido de 5 ó 6 hasta un valor normal de 7 a 7,5.
Crhistopher Vasey, nos propone una prueba, que explicada de forma sencilla, consiste en comenzar tomando 3×3 comprimidos con agua antes de cada comida y después aumentar progresivamente la dosis, hasta que el pH urinario suba a 7 ó 7,5 (Las dosis son orientativas, consultar a un profesional pues depende del producto/marca utilizado). Una vez se encuentra la dosis ideal, se mantiene durante 5-10 días.
Con anterioridad, hablamos de las personas que parecen debilidad metabólica frente a los ácidos. En este caso, la prueba consiste en efectuar momentáneamente (pues el fin no es hacer enfermar a la persona), un aporte mayor de ácidos que provengan de alimentos ácidos (no de alimentos acidificantes): determinadas frutas, vinagre, suero lácteo…
Este aporte provocará un empeoramiento momentáneo de los síntomas.
También si alguna vez hemos hecho alguna cura, p.ej. basada en el zumo de limón, puede darnos pistas sobre este hecho. Si después de hacerlas nuestro estado mejora, el problema es la acidificación del organismo, mientras que si nos hemos encontrado peor, la debilidad metabólica estaría presente.
En el siguiente post, os presentaremos la clasificación de sus alimentos según su acidez.
Si necesitas más información; informacion@elherbolariodeines.com